Compra Asociativa de Leña: economía, ecología y salud para los puertomontinos

    Humberto Merino

    Programa Compra Asociativa de Leña implementado por el Observatorio Municipal de Puerto Montt reduce contaminación y amplía presupuesto familiar.

     

    El precio de la leña y de los combustibles continúan en alza. El gas licuado en los últimos doce meses aumentó su valor en un 13%, pero en casi un 10% solamente en los tres primeros meses de este año. En 2016, la vara de leña seca bordeaba los 5 mil pesos, hoy se cotiza entre 12 a 14 mil pesos, aumentos que golpean duramente la economía de los chilenos y en particular de los sureños, que según la encuesta elaborada por el Observatorio Municipal de Puerto Montt en marzo de 2017, en amplios sectores poblacionales de la comuna el consumo de leña supera el 90% de los hogares, una fuente de energía altamente demandada en sectores populares.

    EL FACTOR ECONÓMICO
    A diferencia de la energía eléctrica, el gas, la parafina o el petróleo, la leña es la única fuente de energía en la cual es posible reducir el precio si se compra de manera asociativa. Precisamente, en virtud al trabajo asociativo que el Observatorio Municipal fue generando con distintas entidades del ámbito público – privado, la institución dependiente de la Municipalidad de Puerto Montt asumió en 2018 el rol de coordinar y gestionar un modelo de compra asociativa de leña seca y certificada que además de reducir sus costos, contribuyera a mitigar la contaminación a causa del consumo de leña no certificada.

    En términos simples, el pool de compra permite a un grupo de vecinos organizarse para comprar leña certificada directamente al productor y ahorrar entre un 10 y un 30 por ciento por cada compra debido principalmente a los menores costos de transporte. Un ahorro que puede ser significativo para una familia de escasos recursos, e incluso para sectores medios, que en promedio compran 10,5 m3 de leña al año, el equivalente a 50 varas (1m3 = 4,4 varas), una cifra cercana a los 500.000 pesos, que puede llegar hasta el millón de pesos en sectores más acomodados y/o de familias grandes, lo que significa un ahorro entre 100 mil y 300 mil pesos por temporada.

    “El principal beneficio del modelo para los vecinos es el ahorro en plata y la garantía de que está comprando leña seca con menos de un 25% de humedad”, nos asegura Julia Carrasco, dirigente vecinal de Villa Antihual y Puertas del Sol, quien lidera uno de los comité de leña que se instalaron con apoyo de la Municipalidad de Puerto Montt en 2018 y que continúa en funcionamiento pese a la pandemia. Julia, advierte que la condición que le exigen a los proveedores es que estos deben demostrar que su leña está certificada por Conaf y cumple con los planes de manejo, “de lo contrario no les compramos”, asegura.

    Uno de esos proveedores es Matías Bustamante, dueño de un predio en Fresia que produce y comercializa directamente leña certificada de bosque nativo y eucaliptus. Bustamante vende la vara de eucaliptus a 11.500 pesos en una venta normal, pero la ofrece a 10.000 pesos bajo el sistema de compra asociativa. “Si bien parece poco 1.500 pesos se debe considerar que en una picaduría, la misma vara está entre 12 a 14 mil pesos e incluso puede llegar a más si se compra por sacos, por tanto el margen de ahorro es mucho mayor”, asegura Bustamante, para quien el sistema funciona y está dispuesto a continuar como proveedor en caso el modelo se expanda a otros sectores. “Por ahora estoy operando con Antihual, pero si aparecen nuevos barrios no tengo problemas en vender”, señala.

    Julia Carrasco nos confirma que en su comité ellos han podido bajar el precio de la vara hasta 2.500 pesos, sin embargo conseguir un descuento mayor se les hace difícil porque los proveedores les aseguran que tienen costos asociados muy altos y existe un valor de mercado que está permanentemente a la suba debido a la alta demanda y a la cada vez menor disponibilidad de leña, factores que les impide bajar más los precios, cuestión que no solo pone un techo en el precio final, sino que además dificulta encontrar proveedores que quieran participar en el sistema.

    Sobre este asunto Pablo Triviño, encargado del Departamento de Medio Ambiente de Municipalidad de Puerto Montt —oficina que participó desde un inicio en las mesas de trabajo que lideró el Observatorio Municipal en torno a la ejecución de esta iniciativa— manifiesta que este es uno de los principales problemas que evitan expandir y masificar el modelo: “lamentablemente nos hemos encontrado con la dificultad de que no existen proveedores que estén dispuestos a bajar sus precios”, asegura el funcionario municipal y luego detalla lo que a su juicio puede ser una solución a este problema: “una opción es que en la redacción del anteproyecto del Plan de Descontaminación Atmosférica, se considere incluir subsidios a la compra de leña seca por parte del Ministerio de Energía, o se otorguen incentivos para los proveedores que realicen este tipo de acciones asociativas que van en directo beneficio al bolsillo de los vecinos y vecinas de nuestra ciudad, así como en la disminución de las emisiones de material particulado fino al aire”, argumenta Triviño.

    Uno de los productores que participa bajo este modelo desde sus inicios es el empresario David Sepúlveda, quien se abastece de leña de eucaliptus directamente del productor forestal bajo la modalidad de metro ruma puesto en piso, es decir compra la materia prima en troncos en el predio de origen y luego tiene que cortarla, secarla, apilarla, distribuirla y comercializar por sus propios medios. Sepúlveda atiende a 7 sectores poblacionales de Puerto Montt a quienes entrega leña a un precio de $9.500 la vara, 2.500 pesos menos que su precio normal. “Yo vendo la vara a 12.000 pesos, pero puedo entregarla a $9.500 porque me he hecho de un stock y respeto mi palabra ante mis clientes con los cuales acuerdo a un precio a inicio de año. Ese precio se mantiene aunque suba”, asegura Sepúlveda, para quien el sistema funcionaría mejor si existiera un subsidio a la demanda, no a la oferta, “como los vales de gas —dice— en el cual el gobierno le entrega un voucher a las familias que para mi vendría ser como un cheque, porque yo después los cobro en plata”. Sepúlveda es hoy el mayor proveedor de leña bajo el sistema de compra asociativa y es también el mayor proveedor de leña seca que la municipalidad entrega a adultos mayores como ayuda social en tiempos de pandemia y que a la fecha a entregado más de 30 mil sacos y está en proceso la entrega de otros 15.000 sacos por parte de la Dideco. “Este programa ha funcionado de manera muy exitosa y tiene una relación directa con el modelo asociativo debido a que los proveedores son los mismos que partieron con las compras asociativas”, nos confirma Pablo Triviño.

    ECOLOGIA Y SALUD
    Pero el factor económico no es la única fortaleza del sistema, el manejo sostenible de los bosques, la reducción de la contaminación y los problemas de salud relacionados con la calefacción intradomiciliaria fueron las razones que motivaron a la Fundación Legado a replicar el modelo en la ciudad de Llanquihue. “En Llanquihue más del 90% de su población se calefacciona con leña, en su mayoría de procedencia ilegal y sin certificación”, nos señala Graciela Díaz Le-Fort, magister en medioambiente y coordinadora de un plan piloto que la fundación está implementando en el barrio Erardo Werner, gracias a la adjudicación de un concurso de Innovación Social que entrega Fosis, y que contó con la colaboración del Colegio de Arquitectos de Chile y la Municipalidad de Puerto Montt.

    Al respecto, Graciela Díaz explica que el proyecto está en plena ejecución, y que pese a que la pandemia no le ha jugado a favor y le ha sido difícil encontrar proveedores que suministren la leña a un precio bajo, espera que la iniciativa finalice en los próximos dos meses, fecha en la cual podrán tener una evaluación más completa. Por ahora, la profesional experta en proyectos socioambientales, asegura que el programa “busca implementar un proceso participativo con dirigentes vecinales que acentúe la colaboración entre vecinos y las relaciones de confianza, gracias a la compra comunitaria de leña seca a productores responsables”. Sobre los problemas relacionados con la calefacción en los hogares, Graciela nos confirma que en algunas viviendas del barrio Werner se implementó un sistema de mejoras en la aislación térmica a través del programa Casa Sana Vida Sana del Colegio de Arquitectos de Chile, la que en términos generales incluye un diagnóstico con tecnología de punta de humedad, temperatura y filtraciones de aire (entre otras variables relacionadas con el comportamiento de cada familia). “Es un piloto, que nos permitirá evaluar futuras intervenciones estructurales en las viviendas, con la finalidad de mejorar su eficiencia energética”, explica.

    MODELO VIGENTE
    Si bien es cierto la pandemia no ha ayudado a consolidar y expandir el modelo de compra asociativa de leña, a juicio de Karina Alvarado, directora ejecutiva del Observatorio Municipal de Puerto Montt, “el modelo está plenamente vigente”, debido a que está siendo utilizado por algunas Juntas de Vecinos y comités de seguridad de importantes sectores poblacionales de Puerto Montt como Teniente Merino, Mirasol, Lancuyén, Alerce, Antonio Varas Norte, La Paloma 1y Antihual. “Cada uno de estos sectores está implementando el modelo bajo sus propias necesidades y realidades de manera autogestionada, sin intervención ni mediación de la municipalidad, cuestión que nos alegra porque ese era uno de los objetivos de nuestra iniciativa”, explica Karina, quien se muestra optimista de que una vez terminada la pandemia el modelo pueda expandirse y replicar en otras comunas, además de la de Llanquihue. ”El modelo de compra asociativa debe seguir replicándose a partir de la conformación de más comités de leñas por sector territoriales y/o juntas de vecinos. El propósito es que esta iniciativa se expanda hacia otros sectores de la comuna y que pueda instalarse a futuro como una política pública a nivel local, la que puede ser implementada por las Dideco”, plantea.

    Número en mano, para Karina Alvarado los resultado conseguidos a la fecha son positivos. “Las compras asociativas de leña, desde la fecha de inicio que empezó a implementarse antes de la pandemia donde tuvimos injerencia directa como municipio, permitieron entregar 2.300 varas, sin embargo esta cantidad se ha duplicado o triplicado si consideramos que los comité continúan comprando de manera autónoma sin nuestra mediación”. Sin embargo, Alvarado está convencida que el factor económico no es la única variable a considerar a la hora de evaluar resultados, “el sistema no solo debe mirarse desde una óptica económica, también está la valorización de la organización entre vecinos y sobre todo está la salud humana en juego, debido a que calefaccionarse con leña seca y certificada evita cuadros de obstrucción respiratoria, sobre todo en adultos mayores y niños”, argumenta Alvarado, quien explica que el modelo cuando es aplicado en hogares con predominancia de adultos mayores se puede comprobar su efecto en la salud de manera inmediata. La señora Carolina García, de 78 años, pobladora de la población Teniente Merino es un buen ejemplo de lo anterior: “Para mí esto es muy bueno porque sufro de la obstrucción de mis bronquios. Por lo tanto, el humo, cuando aumenta, me hace muy mal. Ahora, con esta leña, me enfermo menos”, asegura.

     

    ¿Cómo opera el modelo?
    El modelo de la Compra de Leña Asociativa es un prototipo que sirve de referencia para todas las personas que quieran generar trabajos articulados y asociaos, con el objetivo de reducir los niveles de contaminación y bajar los costos económicos a las familias. Quienes participan en estas iniciativas son entidades gubernamentales relacionados al ámbito del medio ambiente y energía, gobierno local, ONG y sociedad civil. El desarrollo de esta iniciativa contempla la aplicación de 6 etapas:

    1 etapa:
    Formación de alianzas público – privada
    Definición de sectores a intervenir, según los niveles de contaminación atmosférica

    2 etapa:
    Aplicación encuesta de consumo de leña
    Sociabilización y difusión de los resultados

    3 etapa:
    Vinculación con la comunidad
    Toma de acuerdos
    Factibilidad técnica de compra de leña

    4 etapa:
    Vinculación con los proveedores

    5 etapa:
    Ejecución y distribución de la compra de leña
    Evaluación de la comunidad a la compra de leña

    6 etapa:
    Conformación comités de leña

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